11 de enero, un centenar largo de vecinos de Benamira y localidades cercanas se han concentrado frente al Ayuntamiento de Medinaceli para manifestar su rotundo rechazo al proyecto de construcción de la planta fotovoltaica promovida por Eólica de Medinaceli, S.L.U. Con pancartas, lemas y la participación de una mayoría de vecinos, han buscado visibilizar su preocupación por el futuro de sus pueblos, argumentando que el proyecto FV Caramonte no solo impactará negativamente en el medio ambiente y el paisaje, sino que también agravará los problemas de despoblación.
Uno de los puntos más controvertidos es la proximidad de la planta FV Caramonte a una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), que alberga especies en peligro de extinción como la alondra ricotí. Según la Asociación de Vecinos de Benamira, el proyecto podría dañar irreversiblemente la biodiversidad local y comprometer el turismo sostenible, que es uno de los pilares económicos de la zona.
Proyecto fotovoltaico en Medinaceli
La empresa Eólica de Medinaceli, SLU (Engie) proyecta instalar un megaparque fotovoltaico en el término municipal de Medinaceli entre los pueblos de Benamira y Esteras de Medinaceli, ambos pedanías de aquél. Esta planta ocuparía una superficie de 87 hectáreas y albergaría más de 76.000 paneles solares en la vega del Jalón, a unos tres km de su nacimiento y apenas a 500 m de ambos pueblos. A su vez, la planta fotovoltaica se proyecta colindante 650 m con un espacio natural que cuenta con la máxima protección ambiental según las leyes nacionales y europeas.
En la Asociación de Amigos de Benamira (AAB) hemos estudiado el proyecto y detectado deficiencias y errores graves, entre ellos la inexistencia de un verdadero estudio de alternativas, así como grandes carencias en el contenido del estudio de impacto ambiental que tienen como consecuencia una localización que causará graves impactos sobre dichas poblaciones y el espacio natural mencionado, por lo que hemos presentado alegaciones a su construcción. También la ONG conservacionista ha pedido que se deniegue la autorización a este proyecto, que afectaría a zonas de gran importancia ornitológica.
Proyectos sostenibles ambientalmente
El impacto que esta planta solar tendría sobre nuestro entorno supondría un grave deterioro del medio natural, el paisaje y la vida en nuestros pueblos, comprometiendo en gran medida su futuro y agravando el problema de despoblación existente.
Se trata de una zona altamente tensionada, que ya alberga numerosas infraestructuras: en un radio de apenas 3 km discurren la autovía A-2, el AVE Madrid-Barcelona, tres parques eólicos, y la correspondiente subestación eléctrica y líneas de alta tensión. Existe además otra planta fotovoltaica en tramitación de 24,5 ha y una potencia de 16,5 MWp que ocupará terrenos adyacentes con la anterior, amplificando sus impactos.
No cabe otra explicación para esta ubicación que su conveniencia para la empresa, la cual, falseando burdamente el estudio de alternativas, ha evitado evaluar otras ubicaciones evidentes y cercanas que, teniendo las mismas características técnicas y económicas que la elegida, no generan afecciones directas sobre poblaciones ni espacios protegidos. La AAB no está en contra de la planta solar, sino de una ubicación tan dañina.
El problema es de orden político
Pese a que el pasado 11 de enero alrededor de 150 vecinos de Benamira, Esteras de Medinaceli y otras pedanías y pueblos cercanos nos manifestamos frente al ayuntamiento en contra del proyecto, el alcalde de Medinaceli, Gregorio de Miguel (PP), no ha mostrado el menor interés por nuestras reivindicaciones.
Admitiendo (en declaraciones para RNE) que las placas “suponen un ingreso importante” para el municipio, afirmó no haber hablado nunca con la empresa “en cuestión de placas solares” y desconocer “cómo está la situación”. Su postura es la de mantenerse equidistante, amparándose en que unos pocos vecinos sí están interesados en ceder sus tierras a la planta solar, desoyendo las quejas de la gran mayoría de vecinos y las fundadas dudas sobre la legalidad del proyecto.
Las administraciones tienen que velar por el bien común
En una carta presentada en el ayuntamiento el día 22 de enero, hemos solicitado al alcalde que haga uso de la facultad que la Ley de evaluación ambiental otorga a las administraciones públicas afectadas para que puedan, mediante el correspondiente informe, elevar al órgano competente para la aprobación del proyecto, su disconformidad con el mismo, pero aún no hemos recibido respuesta.
Dado que las carencias y errores señalados vienen siendo habituales en este tipo de proyectos, y considerando el elevadísimo número de ellos que han de ser tramitados en un futuro próximo, demandamos una intervención urgente por parte de las administraciones responsables, para exigir que los estudios de alternativas y de impacto de estos proyectos cuenten con la calidad y contenido mínimos establecidos en la normativa actual sobre evaluación ambiental. Tenemos futuro y lo queremos aquí.
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