dissabte, 16 de març del 2019

El presidente Pedro Sánchez recupera la influencia de España en la UE



El anterior gobierno no mostró en ningún momento excesivo entusiasmo poniendo reparos y obstáculos a diferentes iniciativas en distintos ámbitos

Pedro Sánchez ha impulsado una intensa agenda exterior a nivel internacional centrada en recuperar la tradicional influencia de España en Europa y la interlocución con Latinoamérica

David Balsa - Presidente Conferencia Eurocentroamericana
15/03/2019 - 22:41h
El presidente de gobierno español, Pedro Sánchez (i), conversa con la canciller alemana, Angela Merkel (c), y el presidente francés, Emmanuel Macron (d), durante una cumbre del Consejo Europeo en Bruselas, Bélgica, el 17 de octubre del 2018. Los líderes de los veintisiete países que permanecerán en la Unión Europea (UE) tras la marcha británica se reúnen para decidir los próximos pasos en la negociación del "brexit", después de que el presidente del Consejo Europeo dijera este lunes que acabar sin un acuerdo es ahora "más probable que nunca".
 El presidente de gobierno español, Pedro Sánchez (i), conversa con la canciller alemana, Angela Merkel (c), y el presidente francés, Emmanuel Macron (d), durante una cumbre del Consejo Europeo en Bruselas, Bélgica, el 17 de octubre del 2018. Los líderes de los veintisiete países que permanecerán en la Unión Europea (UE) tras la marcha británica se reúnen para decidir los próximos pasos en la negociación del "brexit", después de que el presidente del Consejo Europeo dijera este lunes que acabar sin un acuerdo es ahora "más probable que nunca".
Pedro Sánchez conversa con Angela Merkel y Emmanuel Macron. EFE | OLIVIER HOSLET

Desde su adhesión a las entonces Comunidades Europeas en 1986 España ha sido uno de los pilares del proyecto de construcción europea en base a su peso demográfico y al creciente volumen de su economía, así como a la decida voluntad europeísta de sus sucesivos gobiernos. Sin embargo desde 2011 se produjo una progresiva pérdida de influencia y de posiciones en el seno de la Unión Europea, reflejadas tanto en la exclusión de España de los principales puestos en las instituciones europeas, ejemplo muy ilustrativo el caso de los sucesivos fracasos a la Presidencia del Eurogrupo, como la marginación de las decisiones adoptadas en Bruselas que afectaban directamente a nuestro país.

Esta situación tuvo graves consecuencias tanto en la imagen exterior como en la confianza de los inversores extranjeros que percibían a España como un país débil situado al margen del núcleo duro de las decisiones en Bruselas. Una construcción europea en la que además el anterior gobierno no mostró en ningún momento excesivo entusiasmo poniendo reparos y obstáculos a diferentes iniciativas en materia de seguridad y defensa, integración política y de protección de los derechos de los trabajadores y de los consumidores, entre otros ámbitos.

Esta situación ha dado un vuelco desde la llegada al Palacio de La Moncloa en junio de 2018 del presidente Pedro Sánchez que ha impulsado una intensa agenda exterior a nivel internacional centrada en recuperar la tradicional influencia de España en Europa, así como la interlocución con Latinoamérica, seriamente dañada en los últimos años por la ausencia de la diplomacia española en la región. El reciente nombramiento del español José Manuel Campa al frente de la Autoridad Bancaria Europea es una muestra del retorno de nuestro país a los centros de decisión en Bruselas.

Hace unas semanas diversos medios europeos reflejaron la noticia, que no tuvo excesivo eco en algunos medios españoles a pesar de la enorme trascendencia estratégica para el peso de España en la UE, de la paulatina conformación de un G-3 en el seno del Consejo Europeo. Este nuevo Grupo se esta configurando en base a la invitación conjunta formulada por la Canciller Angela Merkel y el Presidente Emmanuel Macron al Presidente Pedro Sánchez para que Madrid se incorparase a las reuniones informales preparatorias que Berlín y París realizan periódicamente para coordinar sus posiciones en la UE. El ofrecimiento de Alemania y Francia a España de integrarse al eje franco-alemán refleja que España bajo la presidencia de Pedro Sánchez ha recuperado su prestigio en Bruselas. En esta nueva etapa Madrid es percibido como un socio confiable que no actúa a remolque sino que esta liderando en diversas áreas el proceso de integración europea en momentos particularmente complejos.

Es preocupante el ascenso de fuerzas nacionalistas y populistas cuyo mayor exponente son los gobiernos de Varsovia y Roma así como el famoso "Grupo de Visegrado" integrado por los países centroeuropeos defensores de una Europa meramente como un espacio de libre comercio y unas instituciones democráticas devaluadas. Hay que destacar la coherencia de la diplomacia española, con especial intensidad la del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que conoce bien la maquinaria de la capital europea por su brillante desempeño en su día como presidente del Parlamento Europeo, en plantear que las cuestiones referentes a los derechos humanos y la solidaridad internacional no son negociables. Igualmente España con su valiente actuación en el episodio del "Aquarius" ha demostrado con hechos que es posible ofrecer una respuesta humanitaria y a la vez responsable al fenómeno de las migraciones. La situación en Londres, con la incertidumbre y la confusión del proceso del Brexit, pone en mayor valor aún el pleno compromiso de España apostando de forma clara e inequívoca por avanzar en una Europa más social, mas integrada política y económicamente, así como una defensora decidida de sus valores multilateralistas y democráticos en la escena internacional.

España tiene además una elemento adicional en valor ante Berlín, París y Bruselas que es su ascendiente en Latinoamérica, una región con cerca de 700 millones de habitantes y que esta llamada a jugar un papel cada vez mas destacado en el tablero geopolítico global. Durante los últimos años la diplomacia española estuvo ausente en Latinoamérica frente a la activa tarea desarrollada, además de China y Rusia, por franceses, alemanes, británicos e italianos. La relación con Cuba, donde ante la ausencia española varios jefes de Estado y de gobiernos europeos se desplazaron para promover inversiones y diálogo político, es un ejemplo claro de estos hechos.

El presidente Pedro Sánchez ha tenido la visión de desplegar una nueva política exterior con Latinoamérica con una intensa agenda de visitas a estos países, algunos de los cuales llevaban 25 años esperando una visita de un presidente español, que ha creado nuevas oportunidades para la relación de las empresas, las universidades y la sociedad civil con esta región estratégica. Esta recuperación del tradicional papel de puente de España para Latinoamérica con Europa ha sido otro de los elementos que ha contribuido a reforzar la posición de Madrid en Bruselas así como ante Berín y París y el resto de capitales europeas. Sin duda el regreso de España a la primera línea de la construcción europea y de la escena internacional son buenas noticias para todos, especialmente para los países tan próximos en cultura y afectos de Latinoamérica.
https://www.eldiario.es/tribunaabierta/presidente-Pedro-Sanchez-Espana-UE_6_877772228.html

La llamada al voto útil de Casado confiesa la debilidad electoral del PP

Foto: Abascal y Casado en la manifestación de Colón. (EFE)
Abascal y Casado en la manifestación de Colón. (EFE)
Desde fuera

ISIDORO TAPIA

Morricone y el tramposo debate del voto útil
Los populares han preparado argumentarios y circulan videos por las redes explicando los riesgos de votar a otras formaciones en las circunscripciones más pequeñas


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ISIDORO TAPIA
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16/03/2019 05:00 - ACTUALIZADO: 16/03/2019 08:06
Pablo Casado ha pedido a Vox que no se presente en las 28 provincias que reparten menos de seis escaños, para no beneficiar al PSOE por la división del electorado conservador. Los populares han preparado argumentarios y circulan videos por las redes (incluyendo uno protagonizado por Epi y Blas) explicando los riesgos de votar a otras formaciones en las circunscripciones más pequeñas. Vox (como era de esperar) ha respondido con calabazas.

El debate sobre el voto útil retrata a quien lo propone (en este caso, el PP). Demuestra debilidad —el debate solo se plantea cuando un partido siente la tierra moviéndose bajo sus pies—. Y es un debate tramposo: con las llamadas al voto útil lo que se hace es pedir a los ciudadanos que corrijan una deficiencia del sistema electoral, algo que no les corresponde.


Casado cifra en 20 sus escaños de la España interior que se irían al PSOE por Vox
ÁNGEL COLLADO
El presidente del PP relanza su mensaje a favor de concentrar el voto del centro derecha al pedir a Vox que se abstenga de concurrir en las provincias de menos de seis diputados
https://www.elconfidencial.com/elecciones-generales/2019-03-14/pp-casado-elecciones-vox-escanos-provincias-psoe_1879966/
Aunque a veces se culpa a D’Hont de las deficiencias del sistema electoral español, este matemático belga del siglo XIX no tiene apenas culpa. El método D’Hont es una forma de asignar escaños que alguien ha definido como "el menos proporcional de los sistemas proporcionales". Con D’Hont los escaños se asignan a cada partido proporcionalmente según sus votos, con la particularidad de que los últimos escaños suelen caer en el saco del partido mayoritario (por eso se suele decir que D’Hont es un sistema proporcional-mayoritario).

La singularidad del sistema electoral español es el pequeño tamaño de las circunscripciones electorales (según la Constitución, la provincia) y que exista un mínimo de diputados a repartir en cada una de ellas (dos diputados). Cuanto más grande una circunscripción, más se parece el método D’Hont a un sistema proporcional (el efecto de los últimos escaños se diluye). Cuanto más pequeña, a un sistema mayoritario. En España conviven los dos tipos: en Madrid, Barcelona o Valencia, el sistema electoral es cuasiproporcional. En Soria, Ávila, Cuenca o Teruel, es cuasimayoritario.

Conviven los dos tipos: en Madrid, Barcelona o Valencia, el sistema electoral es cuasiproporcional. En Soria, Ávila o Teruel, es cuasimayoritario

Tradicionalmente, eran los partidos de izquierda los que más se quejaban del sistema electoral, porque el PP acostumbra a ganar las elecciones en las provincias pequeñas, acaparando un botín muy goloso porque estas provincias están sobrerrepresentadas en el reparto de escaños (las 28 provincias de las que habla Casado tienen solo el 20% de la población española, pero reparten el 30% de los diputados del Congreso).

En realidad, más que a izquierda o derecha, el sistema perjudica a los partidos pequeños de ámbito nacional, que son los que se quedan fuera del reparto en estas provincias. En las últimas décadas este papel lo sufrió Izquierda Unida, aunque también castigó al CDS de Adolfo Suarez, al Partido Reformista Democrático de Miguel Roca, o más recientemente a UPyD.

En las elecciones que más se habló del "voto útil" y del tamaño de las circunscripciones fue en el año 2000. Una parte de la izquierda culpaba a la división entre socialistas y comunistas de que gobernase Aznar, un enfrentamiento que había alcanzado su punto más álgido durante la última legislatura de González. Para corregir esta asimetría (la división de la izquierda frente a la unión de la derecha), el candidato socialista Joaquín Almunia ofreció a IU un "Gobierno de coalición" a cambio de que IU retirase su candidatura al Congreso en las 34 provincias en las que nunca había obtenido representación (incluyendo todas las de Casado).


Ferraz mantiene la tensión hasta el final con Andalucía y Aragón por las listas del 28-A
JUANMA ROMERO
La dirección prevé tomar la decisión definitiva sobre las candidaturas de generales este viernes, y solo le queda cerrar las de los territorios más 'hostiles'. Pero Díaz y Lambán acatarán
https://www.elconfidencial.com/elecciones-generales/2019-03-14/ferraz-mantiene-tension-final-andalucia-aragon-listas-28a_1883466/
Tras un largo tiro y afloja, ambos partidos rubricaron un acuerdo diluido en lo material (IU solo retiró algunas candidaturas en el Senado, cuyo efecto práctico fue nulo) pero hinchado en lo simbólico, con una pomposa firma en el Palacio de Cristal de Arganzuela mientras sonaba de fondo la música que Ennio Morricone compuso para la película 'Novecento'. El resultado, como es conocido, es que Aznar se alzó con una mayoría absoluta hasta entonces impensable para los populares. Fue el típico ejemplo de una profecía autocumplida.

No fue la única vez que la izquierda se dio de bruces contra una regla política, que no matemática: que, cuando se trata de coaliciones electores, uno más uno suman menos que dos (siempre hay votos que se quedan por el camino). En 2016, Pablo Iglesias forzó la repetición de las elecciones aplicando la misma regla matemática, no la política: en diciembre de 2015, el PSOE había obtenido 5.5 millones de votos, Podemos 5.2 e IU casi 1 millón. Bastaba que Podemos e IU se uniesen para que el 'sorpasso' se convirtiese en realidad. Pero el "pacto de los botellines" no sirvió para nada: por el camino se dejaron exactamente un millón de votos. En este caso, uno más uno fue igual a uno.

Una regla que también parece haber olvidado Casado. Porque si hay exvotantes populares que se han ido a Ciudadanos o a Vox durante los últimos años, es precisamente porque no quieren votar al PP. Y a estos votantes (a los desencantados con los populares) les da igual si las consecuencias de su divorcio son distintas en Madrid que en Ávila. Imaginemos (en un escenario hipotético) que Vox acabase transigiendo y retirando su candidatura en Ávila. O que Ciudadanos hiciese lo mismo en el País Vasco. ¿Qué creen que sucedería con los votantes de uno y otro? Lo más probable es que se quedasen en sus casas antes de votar al PP.

¿Qué creen que sucedería con los votantes de uno y otro? Lo más probable es que se quedasen en sus casas antes de votar al PP

Y es aquí donde está la segunda parte resbaladiza del debate sobre el voto útil: porque si la conclusión es que nuestro sistema electoral tiene deficiencias, lo que hay que hacer es reformarlo. De hecho, yo sería partidario de una reforma. En mi opinión, tendría más sentido que el sistema electoral fuese exactamente al revés: que el sistema fuese más proporcional en las provincias pequeñas que en las grandes, de forma que en las primeras pesasen también las posiciones minoritarias de los ciudadanos.

El problema del sistema electoral español no es que sea proporcional o mayoritario: es que es asimétrico. Es que existen (¡ay, maldita expresión!), dos Españas: una la del interior, envejecida y despoblada. Y es precisamente en estas provincias donde tenemos un sistema electoral mayoritario que deja sin representación parlamentaria a gran parte de los votantes. Un país con problemas de envejecimiento y despoblación rural como España no se puede permitir que el sistema electoral ponga todavía más distancia entre los electores y sus representantes en estos territorios.

El problema es que los partidos políticos solo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena. El PP lleva años poniendo obstáculos a cualquier reforma del sistema electoral, porque hasta ahora la sobrerrepresentación en escaños de las provincias del interior le beneficiaba. Ahora, media hora antes de las elecciones, echan mano de la calculadora y se la llevan a la cabeza ante el temor de que en esta ocasión salgan perjudicados. Podemos recorrió exactamente el camino opuesto: después de denunciar la falta de proporcionalidad de nuestro sistema electoral, se dio cuenta de que en tanto fuese el tercer partido se veía beneficiado por el reparto, así que decidió guardar sus propuestas de reforma en el cajón. ¿Voto útil? Algo todavía mejor: mejor una ley electoral que sea verdaderamente útil. Aunque esto sea responsabilidad de los políticos, y no de los ciudadanos.

https://blogs.elconfidencial.com/espana/desde-fuera/2019-03-16/morricona-sistema-electoral-voto-util-casado-vox_1885282/

El PSOE, gran beneficiado en la España interior por la fragmentación de la derecha

Foto: Pedro Sánchez durante su intervención en un acto del PSOE en A Coruña. (EFE)
ESTUDIO EN LAS 28 CIRCUNSCRIPCIONES PEQUEÑAS CON 103 ESCAÑOS EN JUEGO

El problema, ojalá se comprenda de una vez, no está en la Ley d’Hondt, sino en la circunscripción provincial. El partido de Pablo Iglesias es el gran perjudicado en estos minifundios electorales
Foto: Pedro Sánchez durante su intervención en un acto del PSOE en A Coruña. (EFE)
Pedro Sánchez durante su intervención en un acto del PSOE en A Coruña. (EFE)
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IGNACIO VARELA
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16/03/2019 05:01 - ACTUALIZADO: 16/03/2019 08:56
En las elecciones de abril, en 28 circunscripciones se repartirán entre uno y cinco escaños. En total, 103 escaños en juego. Allí la proporcionalidad sufrirá graves desperfectos. Con cinco partidos de ámbito nacional compitiendo en un margen de 15 puntos entre el primero y el último, es altísima la probabilidad de que el cuarto y el quinto queden eliminados de la asignación de escaños, desperdiciando cientos de miles de votos. El problema, ojalá se comprenda de una vez, no está en la Ley d’Hondt, sino en la circunscripción provincial. Si hay que repartir 350 en 52 distritos, eso obliga a que muchos de ellos tengan muy pocos diputados (pese a estar brutalmente sobrerrepresentados respecto a su población). Allí los partidos medianos y pequeños quedan irremisiblemente expulsados, incluso con porcentajes de votos muy notables.

El conflicto viene de la contradicción de que la elección más fragmentada de nuestra historia será también la más polarizada. Cinco partidos (más todos los nacionalistas), pero solo dos bloques, completamente impermeables e incomunicados entre sí, autocondenados a chocar sin dejar espacio alguno a la cooperación futura. Frankenstein frente a Colón. Lo malo de esa clase de polarización es que puede resultar provechosa para el interés electoral de algunos, pero es una calamidad para el país.


Casado pide a Vox no concurrir en provincias pequeñas para no dividir el voto
EC/AGENCIAS
Pablo Casado, líder del PP, ha pedido a los "partidos nuevos" que hagan una "reflexión" sobre si conviene que concurran o no en las circunscripciones pequeñas
https://www.elconfidencial.com/elecciones-generales/2019-03-13/casado-vox-psoe-elecciones-28-a_1879494/

El líder del PP clama estos días por evitar el peligro de perder las elecciones precisamente en las provincias pequeñas del interior, feudos conservadores de toda la vida. Con la irrupción de Vox, el minifundismo electoral se volvió en contra de quienes siempre se beneficiaron de él. Por eso, a falta de ideas útiles sobre el país, contemplamos la aberración de una campaña que versa sobre el sistema electoral.

Casado ha descubierto que la división en tres tercios del espacio que un día abarcó el PP puede resultar fatídica, sobre todo cuando en el bloque contrario el voto tiende a agruparse en torno al partido mayoritario. En otros tiempos, un 50% de intención de voto a la derecha del PSOE habría garantizado una mayoría absoluta abrumadora. Hoy, la derrota es una amenaza más que verosímil. Para su partido, desde luego; pero también para la coalición que aspira a encabezar. El espectro de los votos improductivos, que en su día fue una pesadilla para la izquierda, hoy lo es para la derecha.

El líder del PP, Pablo Casado, habla con los periodistas en Asturias. (EFE)
El líder del PP, Pablo Casado, habla con los periodistas en Asturias. (EFE)
Para medir el posible impacto de este fenómeno recurrimos al modelo más usual —y empíricamente más consistente— para calcular escaños por provincias: aquel que parte del promedio de las encuestas más recientes y toma como referencias la participación en las últimas elecciones y la estructura territorial del voto de cada partido.

En otros tiempos, un 50% de intención de voto a la derecha del PSOE habría garantizado una mayoría absoluta. Hoy, la derrota es una amenaza verosímil

A través de este estudio no se pretende ofrecer un pronóstico, sino una aproximación estática —detenida en el momento actual— a la situación existente en los 28 minifundios electorales, a la luz de la información disponible.

Principales conclusiones:
Pese a ser provincias mayoritariamente conservadoras, el PSOE de Sánchez puede alzarse con la victoria en muchas de ellas gracias a la división del espacio a su derecha y de la dimisión de Podemos.

Es cierto que Vox desperdicia mucha fuerza en las provincias pequeñas. En el punto en que está, quedaría fuera en 15 de las 28 y malograría cerca de 400.000 votos. Pero eso es una minucia frente al destrozo que sufriría Podemos: dos diputados de 103. El 83% de los votos que obtendría en este tramo, a la basura. Los escaños que quiera obtener Iglesias deberá buscarlos en las circunscripciones de mayor tamaño, porque esta mitad es un erial para él.

Dando por descontado que PSOE y PP ocuparán las dos primeras plazas, la lucha por la tercera posición será crucial. En muchas de esas provincias entrará el tercero, pero en muy pocas lo hará el cuarto. En este momento Ciudadanos recibe el decisivo "escaño del tercero", pero ya siente la respiración de Vox en la nuca. Unas décimas pueden deparar al partido de Rivera un resultado decoroso o un naufragio.

Además de la evolución de la intención de voto, el factor que más poderosamente puede alterar la situación es el que las encuestas tienen más dificultad para medir: la participación. Si se confirma a nivel nacional el ciclo abstencionista que anticipó Andalucía, el escenario cambiaría por completo. Lo que echó a Susana Díaz de San Telmo fueron aquellos cinco puntos adicionales de abstención; algo parecido a eso podría arruinar a Sánchez la victoria que, a decir de algunos, ya saborea por adelantado.

Vayamos ahora al detalle de las 28 circunscripciones, insistiendo en el carácter no exacto ni predictivo, sino meramente orientativo para el análisis, de los datos que se manejan:

Ceuta y Melilla tienen cada una un diputado, que será para el primer partido (presumiblemente, el PP). Soria tiene dos: normalmente, uno será para el PSOE y el otro para el PP. Si bien ya en esa provincia la fragmentación de la derecha pondría al PSOE en cabeza, otorgándole tres de los cuatro senadores. En ocho provincias se atribuyen tres escaños. Lógicamente, solo tres partidos tendrán opción a ellos. Para que el ganador obtenga dos diputados tendría que doblar en votos al tercero (lo habitual en el pasado). Ahora lo más frecuente será el reparto 1-1-1, lo que hace crucial la batalla por la tercera posición.
ProvinciaPSOEPPCsUPVox
Ávila23,3% (1)32,0% (1)17,4% (1)8,3%16,9%
Cuenca35,6% (2)28,3% (1)11,4%8,6%14,2%
Guadalajara27,6% (1)24,6% (1)20,0% (1)11,8%13,5%
Huesca30,7% (1)22,5% (1)18,7% (1)12,5%12,1%
Palencia29,5% (1)28,4% (1)15,1% (1)9,8%14,8%
Segovia25,7% (1)28,2% (1)18,7% (1)9,9%15,1%
Teruel31,5% (1)25,6% (1)16,0% (1)10,9%13,3%
Zamora28,6% (1)30,0% (1)13,9%9,2%15,9% (1)
TOTAL (24)29,1% (9)27,3% (8)16,4% (6)10,2% (0)14,4% (1)

Con el 10% de los votos, UP se quedaría en blanco. Y pese a su 14,4%, Vox tendría que conformarse con un único diputado. Los de Iglesias desaprovecharían 85.000 votos y los de Abascal algo más de 100.000. Pero, atención, solo 17.000 votos separan hoy a Ciudadanos de Vox; y en ese mínimo margen pueden jugarse hasta 7 escaños. Lo que significa que el tercer puesto vale su peso en oro y que el partido de Rivera lo tiene prendido con alfileres.

En estas provincias, la derecha obtendría un 58,1% frente a un 39,3% de la izquierda. Sin embargo, el PSOE quedaría primero en cinco de los ocho distritos, lo que daría 18 senadores a los socialistas y 14 a los populares.

En las 10 provincias de cuatro escaños, lo más habitual será un reparto 2-1-1. En ellas es crucial obtener la primera posición para lograr el segundo escaño; y como en el caso anterior, lo más probable es que el cuarto y el quinto partido malgasten sus votos.

Reparto en provincias de cuatro escaños

Entre paréntesis, el número de escaños que conseguirían

ProvinciaPSOEPPCsUPVoxPNVERCPDeCAT
Álava18,9% (1)12,7%6,1%20,2% (1)13,8% (1)16,0% (1)
Albacete32,5% (2)25,4% (1)17,7% (1)10,0%12,1%
Burgos26,4% (1)26,6% (1)17,9% (1)11,2%14,9% (1)
Cáceres39,9% (3)25,1% (1)12,6%9,2%11,4%
León31,4% (2)23,9% (1)15,6% (1)11,5%13,4%
Lleida14,9% (1)8,4%8,5%10,9%7,6%28,9% (2)18,2% (1)
Lugo28,4% (1)29,4% (2)8,4%11,1%17,3% (1)
Ourense27,9% (1)30,9% (2)8,6%10,2%17,8% (1)
La Rioja29,1% (2)26,4% (1)17,1% (1)10,9%14,1%
Salamanca25,6% (1)30,0% (2)19,2% (1)8,2%14,9%
TOTAL (40)28,2% (15)24,3% (11)13,4% (5)11,2% (1)13,7% (4)1,3% (1)2,6% (2)1,4% (1)


Segunda catástrofe para UP, que solo salvaría los muebles —y un escaño— en Álava, donde ya ganó en 2016. Los casi 200.000 votos que obtendría en las otras 9 provincias no le servirían para nada. Vox quedaría excluido en 6 de las 10 circunscripciones, desperdiciando 160.000 votos. Eso sí, en este tramo superaría en votos a Ciudadanos gracias a su extraordinario registro en las dos provincias del interior de Galicia.

En este grupo de pequeñas provincias de 4 escaños los votos de la derecha (51,4%) también superarían ampliamente a los de la izquierda (39,3%). Pero la distribución de los 40 senadores sería esta: PSOE, 17; PP, 16; UP, 3; ERC, 3; PDeCAT, 1.

Reparto en provincias de cinco escaños
ProvinciaPSOEPPCsUPVoxCompromís
Cantabria*28,2% (2)25,8% (1)17,5% (1)11,6%14,2% (1)
Castellón26,4% (2)22,2% (1)18,0% (1)4,7%14,3% (1)11,1% (1)
Ciudad Real35,0% (2)27,0% (2)14,4% (1)8,8%12,7%
Huelva42,9% (3)20,7% (1)14,2% (1)10,6%8,7%
Jaén44,8% (3)22,0% (1)12,8% (1)12,3%5,9%
Navarra**19,8% (1)27,3% (2)18,5% (1)16,3% (1)
Valladolid27,3% (2)26,0% (1)19,0% (1)11,1%13,3% (1)
TOTAL (35)32,0% (15)24,5% (8)13,5% (6)11,3% (1)12,2% (4)(1)
*En Cantabria anuncia su candidatura el PRC de Revilla, que no se presentó en las anteriores generales. Ello podría alterar el resultado en esa provincia
**En Navarra los votos de Ciudadanos se añaden a los de la coalición UPN-PP, puesto que han formado una candidatura común
Tercer desastre morado. Un único escaño y 185.000 votos más tirados a la basura en estas siete provincias. A medida que crece el tamaño de las circunscripciones, Vox recupera el aliento: aquí solo queda fuera en tres de las siete provincias, con unos 80.000 votos improductivos. Y gracias al hundimiento del partido morado, el PSOE podría recuperar su enorme fuerza en feudos tradicionales de Andalucía, como Huelva y Jaén. Además, ganaría 19 de los 28 asientos en el Senado.

Tiene razón Casado en preocuparse por la fragmentación de la derecha, especialmente en las provincias pequeñas. Es posible que el líder del PP no olvide que eso no viene de un mal golpe de azar, sino de la desbandada de su electorado, al que se han suministrado abundantes motivos para emigrar. No se pierden más de seis millones de votantes en siete años por casualidad.

En todo caso, la solución no puede venir por la vía de inundar España de panfletos con tablas de la Ley d’Hondt ni de esa ensoñación, típica de los políticos, de que los ciudadanos votan con una calculadora en la mano. Tampoco de manosear monográficamente la cuestión de los pactos propios y ajenos. Me pregunto si valdría la pena dedicar al menos un rato cada día a hablar de la vida de las personas. Quién sabe, a lo mejor funciona.
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