Las líderes en la Comunitat Valenciana de ambos partidos han anunciado que no secundarán la huelga de mañana. Otras decenas de miles de valencianas sí.
Salvador Enguix
07/03/2018 17:40 | Actualizado a 07/03/2018 18:09
Se equivoca el PP valenciano, se equivoca Ciudadanos en València. Su rechazo, y su crítica, a la huelga feminista de mañana, a la movilización para visualizar la objetiva y evidente discriminación salarial, laboral y profesional de las mujeres, es un grave error. Isabel Bonig, líder del PP valenciano, y Mari Carmen Sánchez, portavoz de Cs en las Cortes valencianas, confunden el sentido del 8 M; no es una jornada contra estos partidos, es una convocatoria pensada para reivindicar la injusticia social de una realidad que afecta a todas nuestras mujeres, a nuestras esposas, hijas, amigas y compañeras.
Isabel Bonig y Mari Carmen Sánchez, mujeres con grandes responsabilidades políticas, conocen mejor que nadie el sentido de esta movilización, y aunque precisan que ellas “dan libertad” a sus cargos y militantes, el hecho de que no secunden la huelga las ubica en una posición crítica. En el margen de una acción que va a ser secundada por las demás políticas de la izquierda, por decenas de miles de trabajadoras y por las estudiantes. Y que no podrán secundar esas otras decenas de miles de mujeres que pueden ser sancionadas, justamente, por sumarse a la convocatoria.
Mañana el PP y Cs, Isabel Bonig y Mari Carmen Sánchez, estarán en el Pleno de las Cortes Valencianas, en la sesión de control; frente a todos los escaños vacíos de las políticas de PSPV, Compromís y Podem. Una imagen que inevitablemente distanciará al PP y a Cs de esa gran mayoría de mujeres de toda la Comunidad Valenciana y de España que se sí harán huelga y que en muchos casos se arriesgarán a tener problemas en sus lugares de trabajo por participar en esta acción.
Todos los actos reivindicativos pueden cuestionarse, todos. Y es cierto que no existen en las grandes movilizaciones, como las huelgas generales, argumentos que generen la complicidad de todo el mundo. Podemos, incluso, cuestionar algunos términos del manifiesto feminista redactado para las movilizaciones. Pero cuando se trata de reivindicar derechos fundamentales, como es el caso, debe valorarse el objetivo final, por encima de los matices ideológicos o políticos. Porque en cuestiones básicas de la dignidad humana, los matices pierden fuerza y gana el relato fundamental, que es el de denunciar una incoherencia social que afecta a “todas” las mujeres.
Es lo que sucede cuando hablas con tu hija, y tu hija, ya casi adulta, te explica que sufre ya discriminaciones varias por el simple hecho de ser mujer. Y comprendes que, aunque en ámbitos políticos y profesionales la situación ha mejorado mucho en los últimos 40 años, la desigualdad existe, y afecta día a día en todos los ámbitos y con distintos grados de sutileza, a todas las mujeres de nuestro entorno. Puede ser que algunas políticas, instaladas en las esferas del poder, hayan perdido ciertas percepciones de esa realidad, o simplemente rechazan la movilización porque siguen pensando que va contra su marca política, tal vez.
Mi mujer y mi hija harán mañana huelga, como muchas de mis compañeras periodistas y universitarias, y hacen bien. Quieren formar parte de cuantas acciones se convoquen mañana contra una discriminación que en muchas ocasiones es sutil, pero que poco a poco erosiona carreras y objetivos profesionales. Y me costará entender cómo es posible que otras mujeres del PP y Cs se nieguen a secundarla. Más aún cuando la evidencia es que si esas mujeres que se oponen a la huelga han logrado gestionar poder, es también gracias a esas décadas de lucha feminista, en ocasiones con la oposición dura y cruel del machismo. Deberían tenerlo en cuenta.
http://www.lavanguardia.com/local/valencia/20180307/441337976841/huelga-feminista-valencia-ppcv-ciudadanos-isabel-bonig-mari-carmen-sanchez.html