Viviendas en la provincia de Castellón
22·10·23 | 06:01 | Actualizado a las 07:58
Las segundas residencias y viviendas vacías ya superan a las de uso como hogar habitual en hasta 107 de los 135 municipios de la provincia de Castellón. Es decir, en ocho de cada diez ocurre este fenómeno en el que gran parte del parque inmobiliario, más de la mitad, está infrautilizado.
Así se desprende del último Censo de Vivienda y Población publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el que si se tiene en cuenta la cúspide de la pirámide, se puede elaborar un ránking con los pueblos donde el porcentaje de casas secundarias (ya sean de segunda residencia o habitualmente vacías) se eleva hasta el 80%, siendo relevante el caso de Palanques, con el máximo: 87%. O la presencia de los dos únicos pueblos de costa en esta tabla, que son los turísticos Peñíscola y Orpesa, con amplia población flotante estacional por campañas.
Si se compara con otras zonas de España, con componente turístico alto, como puede ser la isla de Mallorca, las viviendas turísticas y, por tanto, con menor ocupación todo el año, calificadas como casas no principales, van ganando terreno y superando a las habituales en un 60% en hasta 14 pueblos.
En el caso de Castellón, la estadística arroja una media en la provincia que resulta bastante alta: el 46,6% de las viviendas (del total de 446.874), no es la principal.
El sociólogo de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón, Javier Soriano, comparte su reflexión con Mediterráneo: «Básicamente se debe a tres fenómenos, algunos interrelacionados». Explica que el primero de ellos sería «el éxodo rural o el despoblamiento, que origina desde hace más de seis décadas que muchas viviendas queden vacías en pueblos del interior y la zona prelitoral de nuestra provincia, convirtiéndose unas en segundas residencias de veraneo y otras quedando simplemente están vacías o pendientes del mercado inmobiliario (compraventa)». Y añade que «este primer factor explica con toda seguridad la estadística de esos pequeños pueblos de interior con más del 80% del parque de viviendas destinado a segunda residencia. A esto habría que añadir el porcentaje de urbanitas que en lugar de buscar una residencia de ocio en la playa la buscan en la montaña».
Para Soriano, el segundo factor es «la costumbre muy extendida en el litoral de tener una segunda residencia en un municipio vecino o cercano de playa, o bien en el mismo pero en la zona costera (como en Castelló, Burriana, Nules, Moncofa, Alcalà de Xivert, Almassora...). Y el tercer elemento, según su análisis, es que «en los casos de Orpesa y Peñíscola, obviamente, entra en juego el turismo residencial foráneo o externo a la provincia. Son localidades (también pasará en otras costeras, pero a menor escala) en los que se ha realizado una fuerte inversión inmobiliaria para tener mucha oferta de apartamentos, villas, etcétera, destinada a residentes ocasionales o temporales pero que en mayor número vienen de otras provincias, de otros países... En definitiva, son segundas viviendas de personas que viven a bastantes kilómetros de dichos inmuebles».
Más puntos de vista con tres testimonios
El alcalde pide más recursos como destino turístico. MEDITERRÁNEO
- ANDRÉS MARTÍNEZ, ALCALDE DE PEÑÍSCOLA: «El número de viviendas turísticas es elevado»
Peñíscola: 18.225 viviendas, con una edad media de 30 años de antigüedad y un 81% de sus viviendas de uso no habitual como residencia familiar.
El alcalde, Andrés Martínez, resalta que la localidad cuenta con un elevado número de viviendas turísticas, del mismo modo que tiene una gran capacidad alojativa tanto en habitaciones de hotel como en cámpings, siendo el sector turístico la actividad económica principal en el municipio costero.
«Las viviendas de uso turístico no son solo de propietarios de otras procedencias sino que existen también de propiedad local que se destinan a uso turístico (el llamado alquiler vacacional)», relata.
Para Martínez, cabe tener en cuenta que «en los últimos años es cierto que se ha producido, desde el covid, un aumento de los empadronamientos, con la implantación del teletrabajo, etc. Sin embargo, la población empadronada sigue siendo muy inferior a la de hecho que aloja la localidad, pues nuestra principal actividad económica es el turismo».
Por todo ello, el ya veterano dirigente hace referencia a un aspecto que considera crucial y es «la necesidad de revisión de la financiación de las Administraciones locales como algo urgente y aún más importante en los destinos turísticos de relevancia. Los ayuntamientos debemos asumir los costes de garantizar los servicios necesarios para poblaciones muy superiores a la empadronada y solo percibimos la financiación estatal en arreglo a la población censada», remarca.
«El sector turístico y su actividad económica aportan, en diversos conceptos, muchísimos recursos a través de la fiscalidad existente que van a parar a administraciones superiores y es por ello que estas deben trasladar a los ayuntamientos más recursos y ampliar mecanismos de compensación». Peñíscola recuerda su liderazgo en plazas de alojamiento, liderando la provincia, si bien no se considera un destino saturado.
A sus 36 años, Carlos Nadal al frente ha reabierto el bar. MEDITERRÁNEO
- CARLOS NADAL, BAR DE EL TORMO (CIRAT): «En invierno, viven 30 y durante verano, 300»
El Tormo: Una pedanía de Cirat (con 693 viviendas, de 78 años de antigüedad media, tiene hasta un 82% de sus casas que no tienen un uso continuado).
Carlos Nadal, un joven de 36 años, hace solo unos meses que ha decidido tomar las riendas del bar del Tormo, que estaba cerrado. «Cada vez vive menos gente todo el año. Sí que se van comprando casas o hay muchos propietarios que deciden reformarlas para darles un mayor uso, pero en general la mayoría solamente sube aquí en verano o unas cuatro veces al año. Hay propietarios de segundas residencias que tienen su hogar en Barcelona pero que vivieron antes aquí y le gusta volver en vacaciones», cuenta.
Sobre su historia personal, detalla: «Mi abuelo llevaba el bar de El Tormo, luego mi tío y ahora que se ha jubilado y cerró el bar, el pueblo se quedó sin servicio durante varios meses. La gente decía: no voy a venir más porque es muy triste pasar aquí tres días paseando y no ver absolutamente a nadie por la calle». Y es que considera que «el bar es el centro de reunión de amigos, familia, etcétera, y en los pueblos pequeños todavía mas».
Por eso dio un paso al frente y la pasada Semana Santa reabrió el bar que habían llevado antes sus parientes. «Decidí tomar las riendas. Yo antes trabajaba en una fábrica pero tuve un accidente y llegó una minusvalía. Para el pueblo el bar es necesario. Aunque antes, hace años, se abría todos los días, yo ahora solo abro los fines de semana de viernes a domingo incluidos, los festivos y en verano. Tendrían que dar más ayudas para que este tipo de negocios resistieran en núcleos tan poco poblados de manera fija. Entre semana no hay gente y vivo en Valencia», reflexiona. Sobre el poco uso de muchas viviendas, que pueden estar deshabitadas gran parte del año, concluye: «Ahora, eso sí, viviendo todo el año habrá apenas unas 30 personas en esta pedanía y en verano unas 300. En Cirat también hay poca gente».
Manuel ha vivido toda su vida en Palanques y fue alcalde. MEDITERRÁNEO
- MANUEL MARTÍ, VECINO DE PALANQUES: «El pueblo atrae y se han comprado casas»
Palanques: 117 casas, cuya edad media de antigüedad del parque de inmuebles es de un siglo (101 años) y el 87% de sus viviendas no son residencias habituales.
Contactamos al alzar con un teléfono y es Manuel Martí, vecino de Palanques que, a la par, fue 44 años alcalde y ahora lo es su hija, Lucía Martí. Desde su voz de la experiencia relata cómo «en Palanques hay muchas viviendas cuyo uso es como segunda residencia. Algunas están en tal mal estado que ni se venden ni se arreglan. Pero la gran mayoría sí se han reformado y quienes las disfrutan, cuando vienen al pueblo para verano o fines de semana, pues la tienen en condiciones».
El censo del INE del 2022 marca que el municipio tiene una superficie de 14.32 km2, una población de 38 habitantes y una densidad de 2,65 vecinos/km2. «Seremos unas 60 personas viviendo todo el año. Palanques cuenta con un bar de tapas y bocadillos, una unidad de respiro para los ancianos, asistencia a domicilio, el médico que viene un par de días, el servicio de bus para los niños para llevarlos a Forcall al colegio o a Morella al instituto, etcétera».
Respecto a las casas, además de quienes residen todo el año, pocos, «hay propietarios de Cataluña, Castellón o Valencia que han comprado viviendas como segunda residencia y siempre que pueden vienen. Pero justo estos casos no tenían raíces en el pueblo. Adquirieron aquí su casa de ocio porque les gustó el municipio. Son de Badalona, Tavernes de la Valldigna,... y están contentos». Ahora bien, reconoce que «hoy en día existen dos o tres casas a la venta (en Idealista, hay anuncios desde 12.000 euros, para rehabilitar) y vienen a mirarlas pero no se las quedan. La reforma es cara, pero sería interesante que se vendiera todo y se arreglara, porque el pueblo está muy bien». Y cita servicios como el edificio municipal con zonas para teletrabajar, casa del jubilado, cultura, peluquería y dos viviendas amuebladas a estrenar».
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