Esta ganadería de Cabanes es una de las más importantes por sus animales y su tesoro genético | Ganadora del concurso Ciudad de Moncada, es una vaquilla brava que trabaja en todos los obstáculos y no rehúye un quiebro o rodada
JORGE CASALS
Viernes, 27 abril 2018, 01:59
La vaca 'Rondallera', marcada con el número 99 y el hierro de Miguel Parejo, ha vuelto a estar en boca de todos los aficionados a los bous al carrer. La semana pasada se adjudicó el III Concurso de Vacas Ciudad de Moncada con una actuación memorable, batiéndose el cobre con las mejores vacas de ganaderías como José Vicente Machancoses, Benavent, La Paloma o Germán Vidal. 'Rondallera' se consolida así como una de las mejores del momento, capaz no sólo de dar la talla en los grandes concursos de ganaderías, sino de despuntar y acaparar todos los premios. En Moncada, que compartía cartel precisamente con su hija, 'Alegría', otra de las importantes de la alineación estrella de Parejo, subió a la pirámide y llegó con fiereza hasta los barrotes detrás de los rodadores. Es una vaca brava que trabaja en todos los obstáculos y va allá donde la citen en quiebros y rodadas. Completa en todo, vibrante en su juego y transmitiendo peligro en todo cuanto hace.
En su estelar actuación en Moncada no acusó ni nadie adivinó que hacía un mes que había parido una becerra. La vaca salió muy recuperada y en plena forma, pues su ganadero la mima con una alimentación especial para ella y unos cuidados máximos, como se merece. La becerra que parió es hija del toro 'Solitario', el raceador más consolidado que hay en estos momentos en esta vacada castellonense.
'Rondallera' es hija de la vaca 'Rondeña', que tantas alegrías le dio al ganadero, y del toro 'Islero', hijo a su vez de la vaca 'Bandera', cuyo nombre también tiene peso con una de las reatas que mejores productos ha dejado en esta ganadería. Es por eso que Miguel Parejo trata, en la medida de lo posible, ampliar esta familia. Son hijas de 'Rondallera', que cuenta ya con diez años de edad, vacas como 'Alegría', que también salió en el concurso de Moncada y que ya tiene cinco años, una novilla utrera que se llama 'Culebra', una erala y un toro de cuatro años. Además de la becerra, que cuenta ya con apenas unas semanas de vida. «Todas ellas siguen la estela de la madre, de la que tengo que decir que nunca ha fallado; allá donde va deja huella y ahora mismo, es la mejor vaca que tengo y las que más alegrías me ha dado. Es muy difícil que sus hijas despunten como ella porque el nivel que deja es alto y además aún son jóvenes. Hay que esperar, pero de momento, van por buen camino y todo lo que hacen me gusta», explica ilusionado Miguel Parejo.
36 años de historia
La ganadería de Miguel Parejo es una de las más importantes de las últimas décadas en cuanto al ganado autóctono de la Comunitat Valenciana se refiere, no sólo por todo lo conseguido por sus toros y vacas por todas las plazas y calles, sino por el alto valor genético que atesora, puesto que guarda sangre del ganado auténtico conocido como 'valenciano', formado con ganaderías tan señeras y emblemáticas como las de José Salvador Bellés 'L'Hortolà', madre de muchas de las ganaderías de la actualidad.
Las reses de Miguel Parejo pastan en el término castellonense de Cabanes, en una zona del interior de esta provincia con fama en la ganadería de bravo y un elenco de divisas a su alrededor que engrandecieron la leyenda de los aficionados al 'ganado de corro', como popularmente se le conoce a este tipo de reses. Allí, en las fincas de Los Carrascales y L'Ampleta, pastan las 350 cabezas de ganado, entre machos y hembras. Sólo en machos el ganadero matiza que hay 70, entre erales, novillos y toros.
En las fincas de Los Carrascales y L'Ampleta de Cabanes pastan las 350 cabezas de ganado
Miguel Parejo, que cuenta ahora con 60 años de edad, inició esta bonita andadura hace ahora 36, fruto de la gran afición que siempre vivió en su familia. «Empecé con dos vacas, que las tenía en su ganadería Lucas, de Vilafamés». Fue aquella época en la que Miguel Vilar «Lucas» vivía un enorme esplendor gracias al mítico toro 'Ratonero', considerado para muchos como el mejor toro de la historia en esta Comunitat. Era principios de los años 80. Después fue adquiriendo algunos animales sueltos hasta su mi primera compra importante: «Fueron 18 animales al abuelo L'Hortola». Habla de José Salvador Bellés, ganadero de la Ribera de Cabanes, que fue madre y base de muchas de las ganaderías autóctonas de la Comunidad Valenciana. L'Hortola, de quien Miguel Parejo aprendió muchas cosas para llevar su ganadería, fue un ganadero con una intuición innata para ver el ganado y discernir el bueno del malo. Una mente privilegiada de los que casi no quedan, capaz de formar un tipo de animal bravo y con resistencia que fue despensa de bravura a la que siempre fueron a buscar otros ganaderos. Posteriormente, adquirió vacas a Octavio Besalduch, de Sant Mateu, que fue un ganadero que se desvivió por adquirir, eso sí, a base de cartera, de lo bueno lo mejor. Parejo fue creciendo y se quedó con las últimas 20 vacas que poseía José Albert Llanes de las que le había comprado en 1999 a Daniel Crespo 'Oña', de Torreblanca, otro hierro emblemático dentro de la ganadería autóctona. Y finalmente, adquirió una parte de la ganadería de Orient, de Les Coves de Vinromà, cuando este vendió todo su ganado. «El año pasado compré también tres vacas muy buenas y contrastadas a Ramón Ángel Marín», puntualiza.
«Se van cruzando todas esas familias y haciendo pruebas para buscar lo que uno quiere, porque lo que nunca debe hacer un ganadero es conformarse con lo que tiene. Pero no es fácil encontrar las vacas buenas, es más complicado de lo que la gente pueda pensar», dice con modestia, aunque, al repasar la historia de esta divisa, nos encontramos con nombres tan populares y que engrandecieron la leyenda de esta casa como 'Naranjita' y 'Baturra', que provienen de la reata de Octavio Besalduch, además de 'Polvorilla', 'Bandera', 'Palmera' o 'Mariposa', entre otras muchas. Sin olvidarnos de sus toros. Hoy en día, 'Solitario' es quien encabeza el lugar de privilegio. «Tiene diez años y es muy bueno. Trabaja poco porque lo tenemos de semental de la ganadería. Ahora hay varios toros funcionando aunque debemos tener una base amplia, porque cuando pasan de los cuatro años, una gran parte se viene abajo y solo quedan los mejores», explica el ganadero.
Férrea competencia
A sus 60 años, asegura estar disfrutando del excelente momento de sus animales, y aunque su pasión le llevaría a estar muchos más años más como ganadero, no quiere prolongar su carrera más allá de la jubilación, «porque la edad pesa y esto es muy duro a la vez que sacrificado. Además, ahora es difícil ser ganadero porque hay bastante competencia, los precios son bajos y hay unos gastos enormes, sobre todo en alimentación. Antiguamente ,las vacas salían a comer el pasto de los montes y eso ahora no ocurre, hay que tirar de los piensos y se nota en el bolsillo. Además, hoy en día se exige en los pueblos que las vacas estén gordas y lustrosas y eso, claro, vale dinero».
Hoy en día el toro 'Solitario' es quien encabeza el lugar de privilegio dentro de la ganadería
Mientras tanto, en Cabanes sigue empeñado en llevar hasta lo más alto esta divisa ya emblemática. «Busco la espectacularidad, ya no sólo la bravura, aunque tienes que tener de todo, que haya variedad. Por ejemplo, hay unas cuantas vacas que me las piden para las calles porque en el asfalto son muy buenas. Pero como te dije antes, no me conformo, uno siempre busca llegar a más», concluye.
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