Trabajador en una fundición de acero de ThyssenKrupp.
¿Milagro industrial en Valencia?
Verdades (a medias) en una resurrección inesperada
La Comunidad Valenciana lidera la creación de empleo industrial en España con más de 65.000 nuevos ocupados en el último año. Pero los expertos advierten de los espejismos estadísticos
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En Sagunto, al norte de Valencia, se creó hace tiempo una Asociación para la Memoria del Patrimonio Industrial que pelea para inaugurar por fin un Museo Industrial sobre una de las naves de Altos Hornos del Mediterráneo, la filial de Altos Hornos de Vizcaya que fue víctima de la llamada “reconversión industrial” en la década de los ochenta del siglo pasado y que dejó al borde de la inanición a una actividad siderúrgica con más de un siglo de historia en esta ciudad media de origen romano con cerca de 65.000 habitantes.
La economía valenciana ha sido la que más ocupados industriales ha generado en último año en términos absolutos y la segunda en relativos
Allí, precisamente, sobre antiguas parcelas de la IV Planta de Altos Hornos, recuperó su actividad el pasado mes de diciembre la compañía Galvanizaciones del Mediterráneo (Galmed), una acerera propiedad de ThyssenKrupp que había echado el candado en 2013 (desprendiéndose de más de 150 trabajadores) en paralelo a la dura pugna accionarial que mantenía con el grupo industrial valenciano Ros Casares, sobreendeudado y en quiebra, por el control de otras plantas siderúrgicas en el Puerto de Sagunto y El Puig.
La reinauguración por parte de la multinacional alemana y la decisión de Juan Roig de convertir a medio plazo Parc Sagunt (un parque industrial con acceso al puerto) en uno de sus principales nodos logísticos de distribución a su red comercial han devuelto a Sagunto la ilusión y la esperanza de recuperar los tiempos de prosperidad y empleo sustentados en un potente sector secundario. En 2012, la tasa de paro registrado alcanzaba a uno de cada cuatro ocupados (25,75%), un porcentaje que se había reducido en agosto de este año a un 18%, todavía considerable pero bastante inferior.
Es probable que la industria no se recupere a niveles precrisis; la desindustrialización de las economías avanzadas es imparable
“La desaceleración económica perjudicó a todos los sectores económicos, castigando duramente al sector industrial valenciano, donde muchas empresas tuvieron que cerrar puertas. Pero ahora la reactivación industrial se constata también en otras variables, como las exportaciones o el Índice de Producción Industrial a pesar de la desaceleración económica. En concreto, la industria consolida, es decir, mantiene e incluso aumenta su participación, tanto sobre el Valor Añadido Bruto total de la economía de la Comunidad Valenciana (20,0%), como en su representación en el total nacional (10,6%). En el caso de la manufactura, estos mismos porcentajes son del 16,6 y 11,1%, respectivamente”, señala un triunfal informe alque ha tenido acceso El Confidencial elaborado desde la Conselleria de Economía que dirige Rafael Climent (Compromís) sobre la evolución del mercado laboral en el sector industrial valenciano.
Lo cierto es que en los últimos meses todo parecen ser buenas noticias en relación a iniciativas de inversión industrial. El anuncio de Mercadona de crear un superalmacén logístico en Parc Sagunt ha atraido a compañías como la multinacional americana Crown Holdings, que va a invertir 66 millones de euros en la puesta en marcha de una nueva fábrica de latas de refrescos. La industria agroalimentaria y sus proveedores se superan año a año a la estela tanto de los supermercados de Juan Roig como de la cooperativa Consum, mientras la planta de Ford en Almussafes mantiene sus ritmos de producción y ejerce de tractor de una industria auxiliar de automoción que ya ha generado campeones locales en materia de exportación de piezas.
Los mercados exteriores también han sido conquistados por una industria tradicional (textil, calzado, mueble, etc) extendida especialmente en Alicante, más pequeña pero renovada tras sufrir dos décadas de adaptación a la irrupción de China en los mercados globales; un clúster cerámico y azulejero en Castellón que empieza a funcionar como un tiro o una industria química modesta pero eficiente e innovadora, vinculada al potente sector agrícola exportador.
Hay demanda de mano de obra especializada y muchos ingenieros trabajando, pero las condiciones son pésimas
Miguel Muñoz Veiga, decano del Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana (Coiicv) explica la recuperación por la labor de reconversión de las empresas durante la crisis, la posición geográfica o las infraestructuras de comunicación, con la expectativa añadida de cuánto tardarán en completarse el Corredor Mediterráneo y la mejora del eje ferroviario con el Cantábrico. “El PIB industrial está creciendo bien desde hace tres o cuatro años gracias a las exportaciones. La mejora del consumo interno, la resolución de los problemas de financiación o los costes de dinero bajos generan una confluencia de factores que favorecen el crecimiento. En el lado negativo está que las empresas están demandando mano de obra especializada y hay muchos ingenieros trabajando, pero las condiciones son pésimas, con un nivel retributivo bajo, con becarios y personas en prácticas haciendo labores de responsabilidad como firmar proyectos”.
“El final de la etapa más grave de la crisis no debiera llevar a echar las campanas al vuelo sobre la recuperación económica, ni tampoco volver a plantear una reindustrialización imposible. Si ante cada buena noticia, ¡y ojala sean muchas! o unas cifras positivas se ignoran la gravedad de los desafíos que tenemos ante nosotros, que no son de corto plazo, el fracaso está asegurado”, advierte en un baño de realismo el profesor Jordi Palafox, catedrático jubilado de Historia Económica de la Universidad de Valencia y autor de la obra ‘Cuatro vientos en contra:El porvenir económico de España’ (Pasado & Presente).
“Estos rasgos, no pueden obviar que, también en el terreno industrial, seguimos muy lejos de haber superado la situación anterior a la recesión. Y es altamente probable que no se recupere porque la desindustrialización de las economías avanzadas es imparable, por más que muchos, con Donald Trump a la cabeza, pretendan ignorarlo. Solo dos datos: desde el año 2000 el peso de la industria valenciana en el PIB ha caído casi un 30%. Y, por otro lado, desde 2008, la aportación al mismo de la manufactura, los conocidos como sectores tradicionales tan atendidos por el actual Consell, solo ha aumentado un 3% a precios corrientes”.
Desde 2008, la aportación al PIB de la manufactura, los conocidos como sectores tradicionales, solo ha crecido un 3%
Carlos González Triviño, CEO de la consultora Sistemas y Aplicaciones de Gobernanza Industrial, especializada en la valoración de activos industriales, prefiere hablar de “momento” antes que de “milagro” industrial. “Es importante que seamos conscientes de que vivimos un contexto de oportunidad, pero que no vayamos a repetir esta década con el suelo industrial los mismos errores que cometimos con la burbuja residencial en la década pasada. Existen oportunidades muy interesantes y es verdad que ciertas tipologías de activos logísticos e industriales en ciertas localizaciones presentan mucha demanda vinculada a proyectos industriales de gran valor para la sociedad. Pero al mismo tiempo también tenemos grandes extensiones de suelo industrial con unas perspectivas muy malas de comercialización”.
“Almussafes puede presumir de ser plaza de una gran factoría automovilística y de un parque de proveedores que funciona de forma excepcional, es un municipio conocido internacionalmente en el sector de la automoción”, dice en referencia a la factoría de Ford. “Pero es que desde el punto de vista del conocimiento industrial, Paterna es una de las ciudades más competitivas de Europa. ¿Por qué no un relato comercial complementario? Sumemos los puertos de Valencia y de Sagunto, con su respectivo predicamento transoceánico. Y las potencialidades enormes del emplazamiento logístico de Riba-roja como centro neurálgico del Mediterráneo. El valor recíproco de los activos metropolitanos crece exponencialmente si generamos una oferta de ciclo combinado. Esta combinación es la clave de la fórmula”.