Rafael Roman
Dice con sorna el veterano Ramón Lobo que “Las dos profesiones más difíciles del mundo son 1) portero del Liverpool y 2) portavoz del PP. El primero tiene manos de mantequilla; el segundo cara de cemento armado”. La expresión puede parecer exagerada, sectaria o inapropiada, pero no lo es.
Loris Karius encajó dos de los goles más decisivos y tontos que se recuerdan en un campeonato europeo como la Champions, pero el chico alemán del Liverpool ha pedido perdón, ha reconocido que no pudo dormir en toda la noche y se manifestó profundamente apenado ante la afición por los dos goles recibidos. El portavoz del PP no ha reconocido la sentencia de la Gürtel, ha dicho que era cosa del pasado lejano, no recuerda quién es Bárcenas, desconoce la personalidad de Correa, niega que la sentencia condena a su partido por financiación ilegal y que da por probada la existencia durante décadas de una caja b y afirma contundente que Mariano Rajoy -a quién el tribunal no creyó- no tiene nada que ver con todo ello.
Loris Karius encajó dos de los goles más decisivos y tontos que se recuerdan en un campeonato europeo como la Champions, pero el chico alemán del Liverpool ha pedido perdón, ha reconocido que no pudo dormir en toda la noche y se manifestó profundamente apenado ante la afición por los dos goles recibidos. El portavoz del PP no ha reconocido la sentencia de la Gürtel, ha dicho que era cosa del pasado lejano, no recuerda quién es Bárcenas, desconoce la personalidad de Correa, niega que la sentencia condena a su partido por financiación ilegal y que da por probada la existencia durante décadas de una caja b y afirma contundente que Mariano Rajoy -a quién el tribunal no creyó- no tiene nada que ver con todo ello.
El cemento armado es un material flexible comparado con la cara de dicho portavoz. Se irrita cuando la oposición del PSOE deposita la iniciativa de debatir un cambio de presidente de gobierno mediante el único procedimiento posible, que contempla la Constitución, - la moción de censura- salvo la dimisión. Ésta está más que descartada, así como la convocatoria de elecciones por parte del único que dispone de las competencias para hacerlo, el presidente del gobierno. Se ha mostrado tan contundente en su voluntad de agotar la legislatura como absolutamente renuente a traspasar el poder a otro miembro de su partido.
Piénsese en qué otra posibilidad que no sea la moción de censura le queda a la oposición. Ninguna. Cosa diferente es que triunfe. La moción de censura en nuestro país no significa sólo censurar sino principalmente presentar un candidato alternativo y que éste consiga la mayoría absoluta del Congreso. En lo primero no hay problema, en lo segundo, sí. Pero ambas cosas van unidas. No es lo mismo quitar a Rajoy que poner a Pedro Sánchez. Y ambas cosas hay que hacerlas en un mismo acto. No hay vía intermedia. La moción de censura ha empezado su camino y cada partido tendrá que retratarse. Quién no vote a Sánchez, mantiene a Rajoy. Esa es la ecuación.
Quién no vote a Sánchez, mantiene a Rajoy.
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