JAN MARTÍNEZ AHRENS
El Kremlin apunta a Cataluña. La gigantesca estrategia de desestabilización digital emprendida por Moscú y que alcanzó su cénit en las pasadas elecciones de EE UU ha dejado su
huella en el conflicto secesionista. Así lo entienden dos miembros del Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, que al hilo de la
investigación de la trama rusa abordaron esta intromisión en las comparecencias de los representantes de Facebook, Twitter y Google. “Sabemos que los rusos estuvieron involucrados en las elecciones francesas y alemanas, y ahora estamos descubriendo que también en la separación de España”, afirmó el senador independiente por Maine, Angus S. King.
La maquinaria de injerencia rusa no tiene límite. Las investigaciones abiertas en Estados Unidos a raíz de la campaña del Kremlin contra Hillary Clinton están destapando un juego planetario de intoxicación y caos. El caso más conocido hasta la fecha fue la propia contienda electoral americana.
El informe ICA 2017-01D de la Dirección Nacional de Inteligencia estableció que Vladímir Putin había ordenado una estrategia para “socavar la fe pública en el proceso democrático, denigrar a Clinton y dañar su elegibilidad y potencial presidencia”. Con este fin, Moscú orquestó, según el informe que firmaban la CIA, la NSA y el FBI, “una operación encubierta con apoyo de agencias gubernamentales, medios públicos, intermediarios, usuarios de redes y
trolls digitales”.
Este mecanismo de agitación a gran escala, negado por Rusia, fue reproducido en Alemania, el Brexit, las elecciones francesas y también,
como reveló una investigación de EL PAÍS, en Cataluña. Allí, la maquinaria rusa alentó las tesis independentistas, expandió bulos y azuzó la discordia a través de una compleja red de generación y difusión de contenidos sesgados.
En este escenario acelerado y de fácil contagio, la búsqueda de barreras ha elevado la polémica hasta Facebook, Google y Twitter. Su responsabilidad final y las medidas adoptadas para frenar la intoxicación fueron las dianas a la que se dirigió el martes y el miércoles el Comité de Inteligencia del Senado y que llevaron al senador King, pero también a su homólogo por Nuevo México, Martin Heinrich, a
inquirir sobre la operación catalana.
“Ustedes operan plataformas globales. Y hay fuentes fiables que informan de que operaciones similares [a las de EE UU] pueden estar ocurriendo, por ejemplo, en Cataluña. ¿Qué están haciendo ustedes, ahora mismo, para garantizar que sus plataformas no se emplean para generar división en todo el mundo, para debilitar las democracias occidentales? ¿Y en particular con el caso de Cataluña, están al corriente de lo que sucede allí?”, preguntó el senador demócrata Heinrich.
La andanada, como fue habitual en la comparecencia, recibió una contestación general. “En términos globales, estamos centrados en impedir este tipo de abusos. Es una obligación de la plataforma. Nos centramos en las elecciones según el calendario, incluidas las catalanas”, señaló el representante legal de Facebook. No fue más lejos el portavoz de Twitter, quien respondió afirmativamente, pero pidió tiempo para recabar datos. Google dijo que carecía de datos. Preguntados ayer por este periódico, ninguna de las compañías ofreció mayores detalles.
Los senadores mostraron su disgusto por la representación enviada por las compañías y subrayaron que deseaban que fueran los máximos responsables quienes rindieran cuentas. “Me gustaría preguntar a quienes toman las decisiones”, afirmó el senador King.
La operativa puesta al descubierto es ciclópea. Y la preocupación empieza a serlo también.
La Alianza para Asegurar la Democracia, una plataforma del German Marshall Fund que sigue de cerca el fenómeno mediante la observación de cuentas de Twitter, ha presentado al Senado un informe que detalla cómo Moscú ha desarrollado un sistema de intervención integral en el ecosistema de las redes.
“Rusia emplea todos los medios sociales para ganar influencia. Un ejemplo hipotético: un bulo lanzado en 4Chan puede ser retomado por las cuentas de Twitter del Kremlin y amplificado por sus bots. Después, un medio patrocinado por Rusia informa en Youtube sobre la discusión tuitera. Asimismo, la pieza informativa de Youtube es lanzada a las comunidades de Facebook y amplificada mediante anuncios y falsas comunidades. Cada red social solo verá una parte de la operativa del Kremlin. A menos que compartan sus datos, será imposible comprender la magnitud de la manipulación rusa y su impacto”, denuncia el informe.
El material empleado en esta estrategia no es solo político. El portavoz de la Alianza, Brett Schafer, ha señalado a este periódico que en la hoguera de la agitación se utilizan todo tipo de conflictos. Incluso los de signo contrario. “El objetivo es debilitar las democracias occidentales”, indica. Bajo esta consigna, el conglomerado ruso ha llegado a alentar protestas contra Trump, como ocurrió con la gran manifestación celebrada tras su victoria electoral. Es un todo vale con el fin de sembrar la cizaña. Sea en Cataluña, Escocia o Texas.
LA CONEXIÓN TEXAS-CATALUÑA
NICOLÁS ALONSO
Según el experto Casey Michel, que analizó esta y otras incursiones similares, existen paralelismos con otros movimientos secesionistas como el catalán o el escocés. “Difunden bulos por la Red para agitar el caos y provocar tensión en Occidente, obedeciendo a las instrucciones del Kremlin”, explicó Michel en una entrevista reciente. Más allá de hackers, también utilizan cuentas automatizadas, conocidas como ‘bots’ (robots), para maximizar el alcance de sus mensajes perturbadores.
En septiembre, un tuit sobre la independencia catalana de Julian Assange, el fundador de Wikileaks, al que el director de la CIA ha calificado de “fraude”, alcanzó una viralidad infrecuente en cuestión de horas. Según un análisis de datos facilitados por Twitter, un 59% de los perfiles que compartieron o reaccionaron a su mensaje eran ‘bots’, falsos.
Pero el apoyo de Rusia a estos movimientos ha sido más explícito incluso. En septiembre de 2015, el Movimiento Anti-Globalización, al que Putin ha donado dinero y elogiado por su trabajo, congregó en Moscú a líderes de los principales movimientos separatistas del mundo, incluyendo el de Texas, California, Puerto Rico, Hawái, Escocia o Cataluña, entre otros.
FACEBOOK, GOOGLE Y TWITTER EVITAN PRONUNCIARSE
R. J. C.
Los tres grandes involucrados en la investigación prefieren no pronunciarse. Ven la pregunta sobre su implicación en Cataluña como una anécdota, evitando hacer referencia alguna.
Facebook, bajo la lupa más que ninguna otra, prefiere no hacer comentarios. Twitter considera que la pregunta del senador pretendía abrir el foco de manera global, pero no centrarse en la situación de Cataluña en concreto. Google tampoco quiere entrar en detalles. Su única interacción con España fue poco antes del 1-O, cuando dieron de baja de su escaparate de aplicaciones una que indicaba en qué lugares se podía votar.