A FONDO
Un presupuesto abierto a la ciudadanía
La participación de los vecinos y las vecinas está perfeccionando la acción de gobierno
Amparo Marco
Las nuevas formas de gobernar no se entienden si no es desde el concepto más amplio de la participación ciudadana. Al menos no lo entendemos quienes estamos al frente de instituciones tan relevantes como el Ayuntamiento de Castellón, con un presupuesto de 171 millones de euros, que tiene una enorme capacidad de transformación de la sociedad. Pero ese cambio a mejor para la ciudad no puede ser solamente una decisión de 27 personas reunidas en el pleno municipal, sino que debe ser una decisión compartida con más de 170.000 personas. Todas las castellonenses y todos los castellonenses; vecinos y vecinas.
Con esa voluntad es con la que estamos elaborando los presupuestos. Estamos abriendo la gestión del Ayuntamiento a quienes tienen mucho que decir. Hace unos días, el Consejo Social de la Ciudad aprobaba un dictamen con recomendaciones de cara al presupuesto de 2018. Un documento con 164 objetivos y acciones que nos dice lo que es prioritario, lo que cada uno y cada una de sus integrantes considera más urgente y más necesario para la ciudad. Porque, no hay que olvidar, estamos hablando del dinero común, el que aportamos a través de los impuestos a las diferentes administraciones públicas.
ENTRE LAS propuestas específicas recogidas en el informe del Consejo Social, destaca la creación de cinturones verdes que racionalicen la expansión urbana, la conclusión de la Ronda Oeste para completar la circunvalación, la mejora de las conexiones con el área metropolitana para impulsar el liderazgo comarcal y la reivindicación de infraestructuras ferroviarias, como el AVE, pero, sobre todo, el servicio de Cercanías; la mejora de los accesos al campus de la UJI y la potenciación del polo logístico alrededor del PortCastelló y del polígono del Serrallo ante la futura estación intermodal y el Corredor Mediterráneo.
Pero no son solo las infraestructuras lo que preocupa. Se piden recursos para planes de empleo, ayudas para luchar contra las bolsas de pobreza y una política pública municipal de la vivienda para minimizar al máximo la lacra social de los desahucios. Con respecto a los impuestos, se insiste en una fiscalidad con criterios de justicia, ambientales y solidarios, y la disminución de la presión fiscal. Y más cosas: una red de bibliotecas y espacios de lectura en los barrios, potenciar las iniciativas culturales, más presupuesto para políticas turísticas y comerciales, planes sectoriales agrícolas y pesqueros, etcétera.
La participación ciudadana está perfeccionando la acción de gobierno. El Ayuntamiento escucha las propuestas y sugerencias que se plantean desde la sociedad civil y las incorpora a sus estrategias, al día a día del gobierno local. Nuestro objetivo es avanzar hacia una mayor implicación de la ciudadanía en la toma de decisiones, porque pensamos que la mejor gestión de los recursos públicos es la compartida entre la Administración y la ciudadanía.
*Alcaldesa de Castellón
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