dijous, 14 de setembre del 2017

El pla provincial de purins fracassa després d'una inversió de 18.000.000



Tres de las cinco plantas no funcionan y son los ganaderos los que gestionan sus desechos

JORDI RUIZ CASTELLÓ El futuro de las plantas de tratamiento de purines de la provincia de Castelló, impulsadas por la diputación hace más de una década con una inversión de 18 millones de euros, es una incógnita. Tres de las cinco instalaciones no tienen actividad y el balance del proyecto es un fracaso. Los ganaderos son los que se encargan de gestionar los purines de sus explotaciones, que se utilizan como abono.
La construcción de una red de plantas de purines fue uno de los proyectos estrella del anterior presidente provincial, Carlos Fabra, quien trató de dar solución a los desechos de las granjas porcinas de Castelló. Se impulsaron cinco instalaciones en la Salzadella, Sant Mateu, Albocàsser, la Todolella y la Vall d'Alba, siendo esta última la más importante. El coste de todas las plantas se acercó a los 18 millones, que financió la diputación (6,6 millones), la Generalitat con fondos europeos Feder (6,6 millones) y la iniciativa privada (5,4 millones). La gestión de las instalaciones se adjudicó por 25 años a la UTE que formaron las empresa Tema y Urbaser.
El plan de purines consistía en dar salida a los desechos de los animales a través de su transformación en un abono orgánico-mineral. La planta de Vall d'Alba (con una inversión de 6,6 millones) centralizaría la producción y se encargaría del proceso de conversión de los purines en abono, mientras que las otras cuatro harían un tratamiento primario de evaporación y compostaje.
El proyecto fue un fracaso desde el principio, como demuestra que sólo las plantas de Vall d'Alba y la Todolella han tenido algo de actividad en estos años. Desde la diputación admiten que las otras tres no funcionan. Según señalan, cuando todavía estaban en fase de construcción se produjo un cambio normativo que disparó los costes de producción del abono, cuyo precio era inasumible para los agricultores.
El secretario técnico de Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Castelló (Fepac-Asaja), Doménech Nácher, entiende que hubo una "mala gestión" en el plan de purines. Según asegura, son los ganaderos los que han tenido que hacerse cargo de los desechos animales a través de un plan de abono que regula en qué terrenos agrícolas depositan los purines. El ganadero es el que asume el coste de traslado de este subproducto.
La puntilla al plan de purines ha sido la tramitación de un proyecto urbanístico en la Vall d'Alba que es incompatible con la actividad de la planta. El alcalde de la localidad y vicepresidente de la diputación, Francisco Martínez, asegura que no está dentro del desarrollo urbanístico, aunque añade que la instalación "ya ha cumplido su función" y los informes técnicos confirman que "no es productiva". En todo caso, subraya que la diputación recuperará la inversión efectuada.
¿Cuál es el futuro de las plantas? En la diputación explican que hubo una concesión de 25 años y es la empresa la que debe dar respuesta. Hace un par de años se abordó la posibilidad de transformarlas en planta de biogás, que se dedican a la generación de energía a través de la descomposición de residuos. Sin embargo, el proyecto no ha cuajado.

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