La obrera Cifuentes
Bonig anuncia: “hemos cambiado, somos el partido de los trabajadores”
Tiempo de metamorfosis, en la política valenciana. Al menos en el PP. El partido que lidera Isabel Bonig quiere que en el 2018 se les quiten las subvenciones (600.000 euros) a la patronal autonómica Confederación Empresarial Valenciana, CEV, convocante, junto a los sindicatos, de la manifestación por una financiación justa del pasado 18 de noviembre. También a Air Nostrum (1,5 millones de euros); para que se destinen, dicen, a otros objetivos más “sociales”. Y que se estudie un nuevo modelo de reparto de ayudas directas. “Hemos cambiado”, afirmaba esta semana Bonig, quien añadía que su partido es ahora “el de los trabajadores”. Visto en perspectiva, no deja de ser un anuncio sorprendente en un partido que, desde el gobierno y durante más de dos décadas, ha utilizado a los empresarios como arma de choque contra la izquierda.
GRAF2177. VALÈNCIA, 13/11/2017.- El presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro (c), y los secretarios generales de CCOO-PV, Arturo León (i), y UGT-PV, Ismael Saez (d), explican los detalles de la manifestación del 18 de noviembre por una financiación autonómica justa. EFE/Biel Aliño (Biel AliÑo / EFE)
Malestar, mucho malestar, entre los empresarios. La CEV que dirige Salvador Navarro, por ejemplo, ha cambiado hasta ampliar su campo de acción a toda la autonomía, tras el hundimiento de la CIERVAL a causa, principalmente, de la gestión de las patronales de Alicante y Castellón, muy cercanas al PP. Navarro ha adaptado la patronal a unos nuevos tiempos en los que las subvenciones han caído en picado; nada que ver con los millones de euros que los ejecutivos de Eduardo Zaplana, Francisco Camps y Alberto Fabra destinaron a los empresarios, con algunas complicidades que han acabado en los tribunales. La estructura se ha profesionalizado, y la cercanía política se establece según los intereses de los empresarios, no de los políticos. Algo semejante a lo que ocurre con Cámara Valencia, que dirige José Vicente Morata.
El PP valenciano interpreta que los empresarios ya no son “suyos”
El PP entiende que los empresarios ya no son “suyos”, y valora que han cerrado filas con el ejecutivo del socialista Ximo Puig. Hace tiempo que se tiene esa percepción en la cúpula de este partido, agravada por la convocatoria de la manifestación del 18 de noviembre. Salvador Navarro acudió al evento, desde la convicción de que la financiación valenciana no sólo es insuficiente, sino injusta. Y con su decisión arrastró también a Cámara Valencia. Ese día, el ejecutivo autonómico tuvo a su alrededor a todos los agentes sociales y económicos. Era justo lo que el PP quería evitar y no logró. Días después, el grupo popular en las Cortes Valencianas proponía el castigo: retirarle las subvenciones y cambiar el modelo. “No es una revancha”, insistía Isabel Bonig.
Ximo Puig ha demostrado tener buena sintonía con los empresarios, con todos. Su gestión colaboró a que Caixabank y Banco Sabadell trasladaran sus sedes sociales a la Comunidad Valenciana (el CaixaForum se instalará en el Ágora). Desatascó el acuerdo entre la conselleria de Sanitat y el IVO que tenía paralizado la consellera Carmen Montón, para el traslado de pacientes a este centro de tanto prestigio, y ha ayudado a la transformación de unas patronales valencianas que quieren adaptarse a los nuevos tiempos. Ximo Puig entiende bien la colaboración público privada (no está nada convencido de los rescates sanitarios que impulsa Carmen Montón), mucho mejor que algunos compañeros de partido y, al parecer, también mejor que algunos dirigentes del PP valenciano.
Ximo Puig ha logrado establecer amplias complicidades con las patronales y con entidades como Caixabank o Banco de Sabadell
Pero no, los empresarios valencianos no son de izquierdas. Son, ante todo, empresarios. Es la misma base social de la que el PP se sirvió durante años como ariete contra el ejecutivo socialista de Joan Lerma. Basta recordar las duras campañas a principio de los 90 por la autovía a Madrid. Y después la ampliación de su intervencionismo para debilitar a una izquierda, especialmente el PSPV, que navegó durante años por la travesía del desierto. Los empresarios actuales observan que el principal relato del ejecutivo autonómico, la falta de financiación, es coherente con la realidad, y se han sumado. Con más fuerza si cabe desde que han observado cómo el PP ha pactado con el PSOE el Cupo vasco , o cómo se permite que las empresas encuentren en Madrid un territorio más favorable en lo que a fiscalidad se refiere.
La estrategia de Isabel Bonig, que no comparten compañeros de su propio partido, puede devenir en un grave error. Porque se trata de una metamorfosis coyuntural, derivada de un hecho concreto, pero no parece responder a un criterio elaborado para el largo plazo (ni desde luego a una nueva posición ideológica respecto a los trabajadores). Su posición contraria a las ayudas a las patronales supone restar apoyo a los agentes económicos que, al fin, crean riqueza, y que son imprescindibles para concretar el cambio de modelo económico de una sociedad anclada durante años en la economía del ladrillo y a la que ahora urge modernizarse y competir en igualdad de condiciones a otras geografías. Es lo que hace la Asociación Valenciana de Empresarios, AVE, que dirige Vicente Boluda, apoyando el corredor mediterráneo. El PP se equivocará si se acaba posicionando contra esta realidad. Hay metamorfosis que son imposibles, por mucho que se fuercen.
La estrategia de Isabel Bonig no la comparten compañeros de partido, y puede ser errónea
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada