Propietaria de una explotación de cerdos en Forcall, pide al Consell una línea de crédito para no tener que adelantar el dinero si quiere optar a las ayudas

Mar París tiene una explotación de ganado porcino en Forcall. / Mediterráneo

El foco de peste porcina africana detectado el pasado 28 de noviembre en Cataluña sigue manteniendo en vilo a la ganadería de Castellón. Y aunque en la provincia no hay ningún caso y la Generalitat valenciana ha anunciado un plan de choque para evitar que el virus entre en la Comunitat, esta enfermedad impacta ya directamente en el negocio de una parte del sector, en concreto, en las granjas que no están integradas.
Pese a que buena parte de las algo más de 500 explotaciones de ganado porcino de Castellón están en régimen de integración (el ganadero es el propietario de la instalación y pone la mano de obra y el integrador aporta los cerdos) hay algunas granjas que trabajan de manera independiente y que ya están notando las consecuencias de la caída de los precios. Mar París es la propietaria de una de ellas. En su instalación de Forcall cuenta con 3.500 cerdos (entre madres, lechones y animales para engorde) y desde hace unos días trabaja a pérdidas. «El impacto es mayúsculo y esto podría ser solamente el principio», cuenta.
En apenas tres semanas, el precio en origen de la carne de cerdo ha pasado de 1,3 a 1,040 euros el kilo. «El descenso ha sido brutal en muy poco tiempo. Nuestros costes de producción se sitúan entre los 1,36 y los 1,40 euros el kilo, por lo que estamos perdiendo dinero», explica esta ganadera que teme que las cotizaciones todavía no hayan tocado suelo y continúen bajando en las próximas semanas.
El desplome de los precios (en el conjunto nacional se estima que los ganaderos van a perder esta semana 31,2 millones de euros) se ha convertido en una pesadilla para muchos empresarios del sector de Castellón. Temen por su futuro y la línea de subvenciones que ha lanzado la Conselleria de Agricultura no ayuda a despejar la incógnita.
Ayudas del Consell
La Generalitat ha adelantado la convocatoria de subvenciones y ha puesto 9 millones de euros sobre la mesa, pero los requisitos que hay que cumplir no convencen a los profesionales. «La ayuda la tenemos que pedir antes del 30 de enero y está destinada a financiar inversiones en nuestras explotaciones. Hasta aquí todo perfecto. El problema es que tenemos que acometer dichas inversiones antes del 20 de octubre del 2026 y, para recibir la subvención, que como mucho cubrirá el 60%, el ganadero tiene que pagar antes la reforma que haya hecho en la granja. Es decir, tiene que adelantar un dinero que, en el mejor de los casos, no cobrará hasta finales del 2026 o principios del 2027», argumenta París, que es también delegada de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) en Forcall.
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