Otro error insoportable

 

Creo que de todas las barbaridades que hemos leído sobre cómo la Generalitat valenciana gestionó la DANA, esta es de las peores: los trabajadores del 112 valenciano llevaban días avisando de una avería en el sistema que acabó por provocar un fallo general en el peor momento. Da rabia porque es todo muy cutre; lo resume uno de los trabajadores: “Entraban llamadas y nosotros escuchábamos a la otra persona, pero ellos no nos escuchaban a nosotros. Tenías que colgar y llamar a la persona de nuevo, pero en la mayoría de ocasiones no lográbamos hablar con ellos porque estaban intentando contactar con nosotros otra vez y se habían puesto a la cola de nuevo”. Este bucle provocó una enorme bola de llamadas cruzadas y finalmente se produjo el colapso definitivo del teléfono de emergencias, ese que debería haber estado activo durante, efectivamente, una emergencia. Tampoco está muy abajo en la lista de detalles indignantes otra escena de aquel martes 29 de septiembre que también desvelamos hoy: en la reunión a mediodía con sindicatos y empresarios, el presidente valenciano Carlos Mazón criticó a la Universitat de València por haber suspendido las clases por la DANA. Dijo que eran unos exagerados. Y luego se fue a comer con una periodista para no aparecer hasta las 19.30h. Mazón ya no puede moverse tranquilamente por València sin ser increpado. Para intentar evitar una caída inmediata, quiere soltar lastre. En València dan por hecho que el presidente hará cambios en el gobierno de la Generalitat más pronto que tarde y que será Salomé Pradas, la consellera responsable de Emergencias que no supo tomar decisiones en ausencia de Mazón, la que pague por los demás. Ya veremos si es la única. De lo que cuesta mucho dimitir es de ser mala persona. Resulta que hay unos primos del rey emérito que tienen una finca con coto privado de caza en la zona afectada. Pues se están quejando de que haya vecinos del pueblo cruzando por su terreno tras el derrumbe del puente por la riada. Mientras tanto, Feijóo ha activado una operación en Bruselas para vincular a Teresa Ribera con la gestión de la catástrofe e intentar que el Parlamento Europeo rechace su nombramiento como vicepresidenta de la Comisión Europea. Es una contorsión marca de la casa: Mazón no es responsable de lo que pasó en Valencia, pero la ministra de Transición Ecológica sí. De lo que sí podremos hacer responsable al Gobierno central en el futuro es de no regular ya de manera más estricta los requisitos para construir vivienda en zonas inundares. Juanlú Sánchez